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El viaje en la canoa

Terry Bueno Pedraza

Docente, I.E. San José de La Pesquera

Profesor Terry Bueno Pedraza, docente amante de la escritura y ahora del lenguaje sonoro.

Nota simple

Los días 24 y 25 de julio un grupo de estudiantes y profesores se reunieron en la Escuela Francisco José de Caldas de la vereda Bayoneros, con el fin de continuar la serie de talleres Pásela en Paz.


Para llegar al sitio los viajeros tuvieron que movilizarse mediante varios medios, en carro, en canoa y a pie. Y lo hicieron desde los centros poblados de El Troncal, La Pesquera y la isla de La Reinera. Transcurrido algún tiempo y de disfrutar del paisaje, se dispusieron a aprender más sobre la Radio Escolar, dirigidos por los profesionales Henry Gamba, América Niño y Shirley Burgos.



El viaje en canoa desde La Pesquera hasta Bayoneros

Grupo de La Pesquera con los talleristas del Grupo COMUNICARTE trasladándose a Bayoneros para participar a los Talleres de Radio Escolar.

Mini- Crónica

Poco a poco nos fuimos acostumbrando al ronroneo cansino del motor y al trepidar de la embarcación, la cual, rio arriba, luchaba por hendir las aguas del brazo Bayoneros, uno de los cientos de aliviaderos del majestuoso rio Arauca.


Con ojos de asombro y haciendo volar nuestra imaginación, disfrutamos de ésta increíble experiencia. Observar las numerosas especies de aves y de reptiles que, tímidamente, se dejan ver a lo largo de la orilla. Escuchar las estridentes voces que emiten las guacharacas y chenchenas, ver las poses impasibles de las garzas, garcitas y garzones, el incesante zambullir de las coduas en busca de una incauta presa para su cena.


A veces se asoman algunas casas, casitas y casuchas de los habitantes ribereños, al igual que los precarios embarcaderos para sus bastante seguras embarcaciones.


Algunos árboles, guaduales y cañabravales se han rendido ante la impetuosa fuerza de la corriente y entregan su maderamen a las aguas, otras inician un vaivén incesante producido por las corrientes.


También se muestran algunos potreros, semradíos y el infaltable cacao con sus coloridos frutos. Entonces imagino que estoy disfrutando de una humeante y espumosa taza de chocolate o de una untuosa barra proveniente del oscuro licor. Esta, según los expertos, se debe colocar sobre la lengua y presionarla contra el paladar y allí dejarla derretir para poder captar plenamente sus sabores y aromas.


Otras veces imagino las hazañas de los lanceros de Bolívar, quienes con palanca y canalete, en bongos y canoas, recorrieron estos mismos lugares en su gesta épica y entonces levanto la mano y los saludo, pero no lo hago con el tradicional saludo de esas épocas, (¿Con quién vamos? Con Dios y la virgen), ni con el sonido de la guarura, pues ellos solo avanzan en los ríos de mi imaginación.



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