top of page

Pásela en Paz

Terry Bueno Pedraza

Docente, I.E. San José de La Pesquera

El día amaneció como cualquier otro día. Los pájaros empezaron sus trinos a la misma hora. El madrugón no nos tomó por sorpresa, ni siquiera por la eventual llegada del funcionario de Supervisión Educativa. El auto se traga la vía. El ruido del motor adormece las preocupaciones. Ya en el colegio, la expectativa crecía, no por la atemorizante visita de supervisión, sino por la capacitación de dos días que se anunciaba.


Que un proyecto de emisora estudiantil, que viene Eliécer, que Grupo COMUNICARTE, en fin, ya eran las ocho y no llegaban. Las uñas no toleraban un nuevo ataque de los filósofos incisivos.


¡Que ya llegaron! Que lo esperan en la sala de informática. Que los pollos necesitan limpieza. Que qué vamos a hacer en la hora de agropecuarias, preguntan los del 11º grado. Todo era una maraña de actividades simultáneas.


Como de costumbre, ya llegué tarde. Se escucha música llanera y una voz acriollada invita a los estudiantes a madrugar, a levantarse, a emprender el camino al estudio, pero pasándola en paz. Y vuelve a sonar, pero con diferente cantinela.


Vienen los saludos, las presentaciones, el contenido del curso-taller-seminario-capacitación. Como se esperaba, son personas diestras en la radio, uno es Henry, el otro Eliécer. Vienen a compartir sus vivencias, a aprender de nosotros, a desarrollar el proyecto Pásela en paz.


Y aquí viene, que la dinámica del reloj para conocernos mejor, romper el hielo, promover la comunicación. ¡Comunicación!, la palabreja que tenemos que definir. Hay o no hay comunicación, o es mera información. Palabras van, palabras vienen, discusión, debate, y al final, la conclusión; si no me motiva y no hay respuesta, entonces no hay comunicación. ¡Qué falla! La de la falta de comunicación.


Henry nos quiere convencer de que somos idiotas útiles del sistema, que nos condiciona, manipula, explota. Nos ven solo como clientes. Entonces, ¿qué podemos hacer? Fortalecer los medios comunitarios, sociales, alternativos, para que aquellos no nos masifiquen.


Que el emisor (que no el banco), que el receptor (que no el radio transistor), que el código (pero no el del terror), que el canal (nada que ver con el de Panamá), y el mensaje.


¡Qué bueno que está el taller!, con sus ideas, sus spots, sus videos, su facilitador, sus refrigerios. Ya quiero que llegue el nuevo día para seguir pasándola en paz.


San José de La Pesquera, 27-03-17



bottom of page