La radio escolar, un aporte para la paz
Por: Narda Lisbet Guerrero Alvarado | Abril 28, 2015
En el 2012, la radio escolar en la Institución Educativa Andrés Bello, ubicada en el Centro Poblado La Paz, del municipio de Arauquita, era soñada como una oportunidad para fortalecer los lazos de amistad entre los estudiantes, quienes pagaban 300 pesos, para que los saludaran por el micrófono del viejo sonido que amplificaba en las horas del recreo, la música de moda.
Tres años estuvieron haciendo radio escolar, sin siquiera tener una grabadora para guardar sus programas matutinos, que iniciaron las profesoras de Educación Física y Medio Ambiante, Martha Zulay García y Carmen Alicia Matajira, promotoras de los saludos y anuncios en la hora del descanso.
Este ejercicio diario permitió por más de dos años a los estudiantes escucharse a través de los parlantes y a veces, que los escucharan hasta en sus casas, gracias al buen sonido del equipo Yahama, que todos los días sacaban de la bodega del colegio, para hablar tan solo 30 segundos, después de haber hecho una fila de más de 10 minutos y pagar, por supuesto, los 300 pesos que costaba el servicio.
Pero sabían que esto de los 300 pesos y de hablar por un micrófono a través del amplificador que les había regalado la Casa Departamental de la Cultura, no era para toda la vida, porque en cada alumno y cada maestro, existía la ilusión y la esperanza, de montarla algún día, y a través de ella, que toda la comunidad pudiera compartir sus saberes y presaberes.
Ese sueño y esa lucha de los profesores y alumnos encontró el respaldo de la directora del plantel Emperatriz Montes, quien en el 2013, desde su viejo escritorio de madera, invadida por el optimismo y el sueño de sus muchachos, decidió presentar la iniciativa como un Proyecto Productivo Pedagógico a la Secretaría de Educación y lograron que el gobernador les diera el SI al comienzo, de lo que sería el gran sueño de toda una comunidad de 650 habitantes, según el reza en el censo realizado por los propios estudiantes del grado 11 de la Institución.
Desde ahí, padres de familia, Junta de Acción Comunal, alumnos y maestros por supuesto, fortalecieron el trabajo y lograron su gran sueño de construir: La Emisora Juvenil Stéreo 102.7 FM, la Radio que te Enseña, que hoy funciona en las antiguas baterías sanitarias del plantel.
Tiene su equipo de producción, cuatro micrófonos y un grupo de estudiantes esperando que Maturana, el conductor del bus, junto con otros padres de familia, suban la antena y empiecen a salir al aire sin el temor y los nervios que les producían hacer sus programas en el mundo imaginario que los acompañó hasta hace un mes.
Al proyecto, también le llegaron nuevos aliados, entre las que se cuenta la profesora Zulay Amparo Alvarado Castro, una mujer que no pierde la elegancia ni siquiera en los días en que las vías se vuelven intransitables con la llegada del invierno.
Esta institución que ha sentido los sinsabores de la guerra en medio del conflicto, se convierte hoy por hoy en el mejor centro de reconciliación entre la comunidad y el espacio ideal para hablar de la Paz y el posconflicto, a través de la radio escolar, así lo reafirman sus estudiantes que desde hace año y medio hablan de paz como una materia transversal a todas las áreas.
Ingrid Alejandra Vargas, estudiante del grado noveno y miembro de la Radio Escolar, expresa con orgullo la satisfacción de convertir su sueño en realidad y sobre todo, de sensibilizar a la comunidad de La Paz con los temas de la paz, pues como ella misma dice: “Ya no podemos seguir viviendo en medio del conflicto” .
Aquí, en el Centro Poblado La Paz, ubicado a unos 40 kilómetros del centro del municipio de Arauquita, donde la comunidad ha tenido que soportar la presencia de las Farc y el ELN por más de 40 años, y donde en noviembre del 2014, los graduandos de la tercera promoción de bachilleres de la Institución Educativa Andrés Bello, debieron graduarse en medio de un enfrentamiento entre la guerrilla y El Ejército. Hay sueños y esperanzas, hay anhelos de que pronto la paz no esté de visita sino que se quede a convivir con ellos para siempre.